Chachapoyas, capital del departamento de Amazonas se
ubica sobre los 2,300 msnm, es una de las ciudades más antiguas del
Perú. Posee riquezas naturales como la caña de azúcar y el cafeto, las
orquídeas y cómo no sus ricos platos de comida.
La agricultura fue la actividad principal que sustentó la vida de
los pueblos en esta región noreste del Perú.
Su clima es acogedor, pues la primavera es continua durante casi todo el año, conservando los árboles en todo el año sus hojas, flores y frutos.
Su clima es acogedor, pues la primavera es continua durante casi todo el año, conservando los árboles en todo el año sus hojas, flores y frutos.
Chachapoyas, cuyo nombre proviene del vocablo nativo
"chachapoyacuno" que significa "bosque o monte de neblina",
fue fundada el 5 de setiembre de 1538 por Alonso de Alvarado, convirtiéndose
durante la época colonial en la capital del oriente peruano, porque desde ahí
partieron las expediciones que buscaban la conquista y colonización de la Amazonía.
En los alrededores de la ciudad y en sus cercanías, se encuentran
monumentos arqueológicos de gran valor, que fueron construidos por los
Chachapoyas, un pueblo que edificó imponentes ciudadelas en las cumbres de las
montañas.
Es el punto de partida para llegar a la localidad de Tingo, en la
provincia de Luya, lugar donde se encuentra Kuélap, construida en la cima de
una montaña.
En Kuélap todavía hay mucho que descubrir e investigar; por ahora,
la ciudadela, como casi todos los rincones de Chachapoyas, está cubierta por abundante
vegetación, lo cual significa que hay mucho por encontrar.
Sierra, ceja de selva y selva amazónica; al norte del Perú.
Clima:
La ciudad de Chachapoyas tiene un clima templado y lluvias en los meses de verano (diciembre a abril). La temperatura media anual máxima es de 23ºC (68 ºF) y la mínima de 13ºC (51 ºF).
Historia:
Amazonas se abre al mundo para mostrar la trascendencia de sus
invalorables tesoros arqueológicos, naturales, agrícolas, ganaderos, étnicos,
folclóricos y humanos. Sucede que este departamento, dominado por las
estribaciones andinas nororientales y por los principales afluentes del
Amazonas, permaneció oculto largo tiempo de su historia; pero, a raíz de su
activa inserción en el desarrollo regional del nororiente peruano, la ampliación
de la red vial nacional y de telecomunicaciones y los sensacionales
descubrimientos de “ciudades perdidas”, se ha dejado en claro que Amazonas es
un territorio con gran potencial para el desarrollo del país.
Así como el río Marañón atraviesa con su fuerza la férrea
Cordillera de los Andes, la tenacidad, ingenio e imaginación guían la vida de
sus pobladores en la convivencia con la agreste y bella naturaleza de ríos,
montañas, cañones, pongos y lagunas, y en la recuperación de las monumentales
obras arquitectónicas de Kuélap, Levanto, Karajía y Molinopampa, vestigios de
la gran civilización Sachapuya que supo enfrentar el dominio de los incas.
Posee una artesanía variada: cerámica de arcilla, tejas de
ladrillo, cerámica de cemento, tallados de madera o ebanistería. Trabajos en
cuero y tabalatería donde los confeccionan mayormente en la zona de Leymebamba.
Destinos Turísticos
- Chachapoyas
Sobrevolar el departamento de Amazonas, bautizado en honor del
caudaloso río que lo cruza, es contemplar kilómetros y kilómetros de una marea
verde y frondosa. Aquí y allá, además, se observan caseríos y centros poblados:
largas extensiones, ciudades enteras construidas a fuerza de brazos y
temperamento.
- La Fortaleza de Kuélap
A 70 km al oeste se levanta la Fortaleza de Kuélap, verdadero
fortín de los chachapoya, cuyo acceso consta de estrechos pasillos amurallados,
semejando embudos en declive, que dificultaban la entrada a los invasores y que
hoy son diestramente recorridos por los guías lugareños.
- La Laguna de las Momias
Se hallaron más de 280 en la zona.
- Los Sarcófagos de Karajía
De 2 metros de alto y hechos de barro cocido, que se hallan ubicados en lo alto de una montaña y parecen siempre vigilar sus ancestrales dominios.
De 2 metros de alto y hechos de barro cocido, que se hallan ubicados en lo alto de una montaña y parecen siempre vigilar sus ancestrales dominios.